Cuando ya todos nos resignábamos a un año más sin BBF, una chispa surgió en forma de broma (o no) durante las charlas que manteníamos con Mikel Rius en el CICA (Concurso Internacional de Cervezas) de Can Picafort en la isla de Mallorca. Y es por aquél mes de septiembre la cosa no pintaba bien como para lanzarse a celebrar el Barcelona Beer Festival 2021. Sin embargo el equipo de la organización ya estaba trabajando entre bambalinas para darnos una alegría tremenda. Hoy tenemos la suerte y placer de entrevistar a Joan Villar-i-Martí del equipo del Barcelona Beer Festival.
Joan es de esos que disfruta mirando desde segunda línea. La gente del sector de la cerveza artesana conoce de sobra su conocimiento y aportación, es un bregador de esos que quieres tener en tu equipo porque su trabajo es imprescindible aunque no lleve lazos decorativos.
Humilde en cuanto a mostrar sus vastos conocimientos del mundo de la cerveza artesanal, y siempre atento a poner el oído para escuchar, Joan es una rara avis de las que haría falta reproducir para que lejos de mirarse el ombligo, el panorama craftbeer sea más consistente e inteligente a la hora de hacer sólidos los cimientos.
Joan se sumergió en el mundo de la cerveza tras su estancia por trabajo en Bruselas. Allí se embadurnó de aromas y sabores, y a sus regreso ya leía entre líneas de espuma. Tras leer y aprender -algo que nunca ha abandonado – comenzó un camino de difusión a través de su blog Birraire, de imprescindible lectura aunque no se prodigue con la pluma todo lo que nos gustaría. Inmerso en el comité de organización del Barcelona Beer Festival, Joan es una figura clave en el panorama de la cerveza artesana.
Para los que no te conozcan, ¿Qué labor desempeñas en el equipo del Barcelona Beer Festival?
Joan: Diría que he hecho un poco de todo, pero mi labor principal en el BBF siempre ha estado vinculada a las actividades paralelas. Joan Fiol y Mikel Rius decidieron confiar en mí para desarrollar, edición tras edición, un catálogo de eventos de pequeño formato dentro del propio Festival que pudieran complementar la oferta de las pizarras con presentaciones, charlas y catas para el público, dirigidas por personas relevantes del sector. Poco a poco, se fueron sumando elementos, como los meet the brewer, los eventos para profesionales, o actividades más directamente asociadas a la gastronomía, así como afianzando algunos formatos como los simposios o las catas rotativas. Con el tiempo, algunos de estos elementos han tomado tanta entidad que se han “independizado” del apartado de actividades que he venido dirigiendo: a modo de ejemplo paradigmático, el apartado profesional cuenta, a día de hoy, con un encuentro propio (InnBrew).
Muchos medios nacionales e internacionales han tenido la suerte de que ejerzas de divulgador de la cerveza artesana. Sin embargo, pese a ser un gran comunicador, hay gente que no te sigue la pista. Bajo nuestro punto de vista el BBF debería explotar mucho más tu capacidad de transmitir. ¿Será que prefieres más el oficio de «analista» que el ser cara visible de uno de los festivales más importantes de Europa?
Joan: La verdad es que me siento cómodo ejerciendo todo tipo de roles. Mi profesión es la de consultor: la asesoría estratégica, la planificación de proyectos y el desarrollo de metodologías de trabajo eficientes ha sido mi día a día durante 15 años. Por ahora, pienso que en el BBF he podido generar un mayor impacto en este rol menos llamativo. En cuanto a ser cara visible, no me importa serlo; ni tampoco no serlo, realmente. Si bien, a mí lo que me apasiona es la comunicación, especialmente por escrito, y creo que por la propia evolución del Festival y la mía personal, en un futuro, mi rol podría estar más focalizado en esta parte.
¿Encuentras que el hermanamiento cervecero de hace diez años sigue aún vigente o hay más competencia «insana», por decirlo de alguna manera?
Joan: Mi visión es que sigue existiendo un núcleo duro de personas del sector que creen y ejercen ese hermanamiento cervecero que a muchos nos iluminó y nos cambió la vida para bien. No obstante, como consecuencia del propio crecimiento, de inyecciones de capital ‘no cervecero’ en las empresas y de las presiones propias de un mercado competitivo que está en auge (pandemia aparte), la mala praxis ha ido al alza, y a veces veo cosas que me disgustan profundamente. El sector seguirá creciendo, inevitablemente se volverá más impersonal, así que tenemos que encontrar la fórmula para salvaguardar ese estado mental y social tan positivo a futuro, y disponer de herramientas potentes que nos permitan aflorar y denunciar aquellos comportamientos indeseables.
La cancelación del BBF2020 justo después de la presentación del festival fue un duro golpe para vosotros. Una vez asumido que era imposible, más aún viendo lo que vino después, ¿Cómo viviste los tres meses de confinamiento y la incertidumbre que llegó después?
Joan: En mi caso particular, no siendo más que un freelance siempre a disposición del Festival, lo viví sufriendo por mis compañeros. Les ayudé en aquello que se me ocurrió, que seguro fue poco, pero no soportaba la idea de saber que personas tan brillantes en lo personal y en lo profesional, que han hecho tanto para la cerveza abandonando sus respectivos oficios para perseguir este camino incierto y arriesgado, estuvieran pasando este mal trago.
¿Hubo algún momento en el que asumisteis que iba a estar complicado celebrar el Barcelona Beer Festival 2020?
Joan: Personalmente, estaba con plena determinación y disposición para celebrarlo, hasta que me indicaran lo contrario. Sin embargo, creo que, poco a poco, aunque estuviéramos montando en La Farga y no lo expresáramos abiertamente, todos fuimos viendo que la esperanza de mantener el Festival se iba difuminando. Con la perspectiva de ahora suena incluso egoísta, pero recuerdo que me supo mal cuando me escribió un ponente de actividades para comunicarme que, dado el contexto, no asistiría al festival. Cuando íbamos ya por el cuarto ponente, entendí que estábamos a las puertas de cancelar el evento, pero nos mantuvimos siempre pendientes de las indicaciones de las autoridades sanitarias. Recuerdo perfectamente el momento en el que escuché por la radio el primer paquete de medidas contra la pandemia, que implicaban que el BBF no se podría celebrar; aquí empezó todo.
Personalmente, ¿Cómo crees que ha cambiado la pandemia el sector de la cerveza artesanal?
Joan: Quizás aún sea pronto para diagnosticarlo, pero no tengo la sensación de que haya cambiado mucho; al menos, en contraste a cómo han cambiado otros aspectos de nuestras vidas. Ha habido un parón dramático, y esto ha significado un gran estrés transversal a todo el sector, y en consecuencia algunos proyectos han desaparecido. Y a otros les queda un largo recorrido hasta recuperarse de este golpe: es la primera crisis económica que vive la industria cervecera artesana, que nació y creció en medio de la anterior. Muchos han tenido que reinventarse y aprender a diversificar, la cual cosa es muy positiva siempre que aguanten de pie. Para mí, el mayor cambio es, sin duda, la falta de espacios y momentos para juntarnos todos, intercambiar y celebrar la vida. Espero que pronto se pueda recuperar el calendario de ferias y festivales con plena normalidad.
Tú eres un trabajador incansable en la sombra, repartiendo esfuerzos allá donde sea necesario ¿Cuesta compaginar familia, trabajo y el blog?
Joan: Sí, es complicado, pero las prioridades las tengo claras. Siempre he sacrificado horas de descanso para poder compaginarlo todo, y salvo algunas épocas en que el trabajo me obliga a centrarme casi en exclusiva en el mismo, consigo un equilibrio bastante decente entre los tres elementos, al que cabría sumar un cuarto bloque de deporte y salud. La consecuencia es que el tiempo es un bien muy escaso para mí, cosa que convierte en imperativo el sacar el máximo partido del mismo.
Tienes en tu haber varias publicaciones y libros sobre la cerveza. ¿Hay algo en el tintero sobre lo que te gustaría escribir?
Joan: Mi tintero desborda a menudo de tantas cosas que hay dentro. Este año, mi previsión era poder terminar un libro de historia en el que hace años que voy trabajando, pero estoy en una de esas épocas que mencionaba arriba, en que me ha sobrepasado el trabajo, y no he podido disponer en meses ni del tiempo ni de la inspiración adecuados para escribir. Tengo un proyecto pequeño entre manos que me hace mucha ilusión, del que supongo podré dar más detalles a principios de 2022, y espero tener ocasión de terminar el libro a lo largo del próximo año, también.
Te hemos oído hablar sobre la importancia de tener una historia detrás de la elaboración, un sentido, motivación o pasión. ¿Crees que parte de los cerveceros se olvidan de esta parte importante, la comunicación de lo que son?
Joan: Sí, completamente. Están obviando que éste es uno de los mayores activos de que disponen. Con un mercado tan competitivo, en el que una empresa con una buena inyección de dinero puede entrar y hacer IPAs de primera más baratas que tú, el cervecero artesano tiene una historia que contar, que no se compra con dinero. Sin caer en la exaltación ridícula y postiza de lo artesanal de antaño, que aún hay quien recurre a ello, no tengo duda de que las historias personales y cotidianas de una cervecera son mucho más atractivas que cualquier campaña de márquetin millonaria. Las empresas que consiguen desarrollar esta vertiente de manera eficaz cuentan con una herramienta de comunicación e influencia muy potente, que les beneficia a nivel de ventas y reputación, siempre que sean consistentes.
Sobre le evolución de la cerveza artesana, ¿crees que a veces se va demasiado rápido siguiendo un poco las modas, y olvidando que consolidar cervezas en el portfolio es una de las mejore estrategias de los microcerveceros?
Joan: Desde luego no me parece la mejor manera, pero nos guste o no es lo que está pidiendo el consumidor de este segmento: novedad, tras novedad, tras novedad. Me preocupan los factores que promueven esta realidad (Untappd, como gran ejemplo), especialmente porque no consideran necesariamente ni la calidad del producto ni algunos valores sociales que deberíamos exigir a todas las empresas. Personalmente, mi satisfacción es bastante mayor bebiendo una cerveza que acumula lotes y años en el mercado, viendo su evolución y perfeccionamiento en el tiempo, que con la última y más exclusiva de las novedades, que puede salir bien, o muy bien; puede jugar con el factor sorpresa, pero nunca tendrá la solidez de una receta afinada. Coge cualquier cerveza clásica europea de primer nivel, y allí encontrarás la virtud de centrar esfuerzos y activos en la confección de esa cerveza en concreto, y de una pequeña gama que la pueda flanquear. Aunque también es cierto que muchas novedades de hoy son poco novedosas, y algunas cerveceras se han especializado en sacar lotes únicos con una base muy similar, y consecuentemente están más afinadas que si partieran desde cero. A todo ello, también pienso que las modas y novedades marcan el ritmo del cambio para bien en la industria, por lo que son absolutamente necesarios. Sin embargo, creo que sería positivo un poco de pausa y reposo a la hora de planificar, elaborar y lanzar cervezas al mercado.
Finalmente, ¿Qué esperas del Barcelona Beer Festival 2021, y por qué crees que es necesario hacer una llamada para participar en ambos lados del grifo?
Joan: En el plano general, espero que consiga reavivar la llama del conjunto del sector, empezando por los consumidores, y que sea el pistoletazo de salida de los eventos de gran formato después del parón pandémico. A nivel personal, que sea una manera de empezar a cerrar el año recuperando las sensaciones que he perdido en estos últimos dos años de permanente anclaje en mi casa.
Es muy importante que los aficionados a la cerveza respondan a esta llamada: hay que volver a juntarnos, es cuando somos mejores. Asimismo, hay que dar todo el apoyo posible a Beer Events (empresa organizadora del BBF), que es desde mi punto de vista el mayor agente dinamizador que tenemos en el sector, y que lleva casi tres años de sequía sin su principal fuente de ingresos. De manera directa o indirecta, todo el sector se beneficia de su labor, y hay que estar incondicionalmente al lado de las personas que lideran este proyecto más que nunca.