El Neolítico fue un momento (un eufemismo para englobar los miles de años que abarca) en el que se produjo uno de los cambios más importantes de la historia de la humanidad, el desarrollo de la agricultura y por ende el sedentarismo, frente al binomio nomadismo y caza-recolector.
El conocimiento de los cultivos, de los ciclos de recolección y siembra fue fundamental para un tránsito que produjo cambios sustanciales en la vida del ser humano. Este tránsito, denominado Epipaleolítico (equivalente al Mesolítico que se estudiaba antes en las escuelas y que en la península ibérica se data entre el 8000 a.C y el 6000 a.C) define un periodo a caballo entre el Paleolítico y el Neolítico, o lo que es el humano cazador al humano agricultor y «ganadero».
Los cereales adquirieron un peso mucho mayor en la dieta alimenticia, que no renunciaba a la caza y recolección, pero que evitaba una dependencia de los movimientos migratorios de la fauna. El descenso de mortandad y la mejora de la dieta permitieron al mismo tiempo el progreso tecnológico y por ende la evolución tecnológica que llevaría a la civilización actual diez mil años después de que comenzase en Oriente Próximo.
Hoy no hablaremos de la curiosa Beer Bang Theory que defiende el Dr. Bryan Hayden, pero al menos citaremos su teoría de que la cerveza pudo haber sido no el resultado, si no la causa del progreso ligado a la expansión de la cultura y economía neolítica.
Todo esto, sirve de introducción para la visita que hemos llevado a cabo a la cueva de Can Sadurní en Begues, un pueblo en el Parque Natural del Garraf, en la comarca del Baix Llobregat a apenas tres cuartos de hora de Barcelona.
Yacimiento de la cueva de Can Sadurní
El yacimiento excavado ha permitido datar y testimoniar las primeras evidencias de fermentación de cereal en una bebida en Europa. Las más antiguas son de restos hallados en las actuales Siria, Jordania e Israel (Wadi-en-Natuf). La «domesticación» de los cereales de cebada o el trigo fue progresiva y pareja a esa transformación seleccionando los tipos de cereales más aptos o resistentes vino el uso de los cereales fermentados como bebidas.
La bebida -defínámosla cerveza primigenia– llevaba gran cantidad de vitaminas y minerales, con lo que el aporte energético sin duda no pasó desapercibido para estas poblaciones neolíticas. Al igual que con el resto de alimentos -vinieran de la caza o recolección-, la importancia de mantener su suministro se ligó con rituales de adoración a divinidades o creencias como el agua, el sol o la fertilidad. Por ello es habitual que los ajuares funerarios estén compuestos por alusiones a la fertilidad de las cosechas.
El Colectivo para la Investigación de la Prehistoria y la Arqueología de Garraf-Ordal (CIPAG) lleva décadas trabajando en las pacientes excavaciones que capa a capa muestran un uso continuado de la cueva desde hace al menos 11 mil años.
En 1999 se produjo un sorprendente hallazgo. En el exterior de la cueva las excavaciones sacaron a la luz silos empleados para almacenar grano de cereal, protegidos por rocas para evitar que roedores los devoraran. Los depósitos cerámicos donde se guardaba la cerveza estaba revestido por cereal ya germinado, lo que permitía formar una capa impermeable para contener el líquido, y absorber el oxígeno, creando un efecto de vacío que favorecía la conservación del grano. Los análisis químicos evidenciaron que habían contenido mosto de cereal fermentado y por tanto que podemos confirmar el conocimiento en la elaboración de cerveza.
El hallazgo de restos de cebada tostada en un molino de piedra manual sirvió para constara todo el ciclo de producción de la cerveza. Pero aún fue más determinante la cuadratura del círculo al hallar vasijas del ajuar funerario de cuerpos enterrados en el interior de la cueva de Can Sadurní, con restos de cebada malteada del 4.300 antes de Cristo. Esta datación es la que ha dado al menos de momento, el título de primer testimonio «cervecero» en Europa.
Las razones del consumo de la cerveza podrían ir desde lo más mundano, es decir como alimento y aporte energético, a rituales funerarios. No olvidemos que pese a todo el proceso no era tan fácil y sencillo, y la producción distaba mucho de ser mecánica. Pero en cualquier caso permite aseverar que el conocimiento de la producción seguía los mismos puntos básicos que hoy sigue la producción de la cerveza.
Cerveza Encantada
Daniel Fermun que como hombre orquesta comanda Fermun Beers mientras gestiona el brewpub Abirradero que hemos visitado, además de participar en el Instituto de la Cerveza Artesana, llevó a cabo en 2014 una receta inspirada en la investigación de Can Sadurní. El resultado es la Encantada, una cerveza neolítica que además tiene como función ayudar a los trabajos de investigación del CIPAG.
La Encantada cumple no solo con los ingredientes, si no con el proceso de elaboración en el que la fermentación era espontánea, a partir de la acción de frutos o miel que con su aporte de levadura actuaban fermentando. El sabor amargo, y el toque turbio o grumoso sirven para hacer aún más creíble esta cerveza de reminiscencias neolíticas. Si hablamos del estilo “Neolithic Gruit Fruit Ale” al que más se asemeja la cerveza Encantada sería una belga, que sustituye el lúpulo por las hierbas de tomillo y artemisa. Es cierto que no todos los ingredientes empleados en la Encantada estaban en los restos hallados en el yacimiento, pero si son productos que estaban en el entorno paisajístico de la península ibérica hace más de 6 mil años, y concretamente en el macizo del Garraf-Ordal.
El nombre de la cerveza proviene de una pequeña figura antropomorfa, de la que solo se ha conservado el tronco, cuello y una parte de un brazo, y que constituye el resto con forma humana más antiguo de la península ibérica, apodado “l’Encantat de Begues” (a los habitantes de Begues se les conoce como los encantados), y que ha servido también para bautizar a la cerveza neolítica de Can Sadurní.
Ingredientes de la Encantada. Agua, Malta de Cebada, Artemisa, Hierba Luisa, Frutas del Bosque, Miel y dos tipos de Levadura.
Un euro del precio de cada litro de cerveza sirve para financiar el trabajo de los arqueólogos y demás científicos que con su concienzudo trabajo rescatan la historia. Así que ya sabes, si te gusta la historia y la cerveza ayuda a la Encantada.
Cómo conseguir probar la cerveza neolítica Encantada
Si quieres probar la cerveza Encantada puedes ir a Begues o acercarte al Instituto de la Cerveza Artesana en Barcelona y hacer un pedido mínimos de 6 botellas (1 caja) a ica@cervezartesana.es.
Visita a la cueva de Can Sadurní
La visita guiada a la cueva de Can Sadurní se lleva a cabo cada primer domingo de mes y cada tercer sábado, siendo imprescindible la reserva previa en el mail covasansadurni@gmail.com