Hay lugares que captan la atención a Alberto Benavides, fundador de la revista Bar&Beer. A veces son carteles luminosos de antiguos cines, ferreterías, o cualquier tipo de letra que recuerde los años dorados de los letreros como gran catalizador de la publicidad visual de las calles. Hoy muchos de esos lugares están cerrados. Algunos llevan incluso décadas, otros siguen la agonía de la maldita pandemia que ha cerrado comercios y bares.
Hemos querido entrevistarle para conocer más sobre él y sobre Bar&Beer Magazine, la primera revista en español especializada en la cultura del bar y la cerveza.
BeersAndTrips: Cómo has vivido el estado de alerta? Nos consta que con las horas que has pasado mirando el mar desde casa podrías dedicarte a pintar buques como el pintor de batallas del libro de Arturo Pérez Reverte.
Alberto Benavides: Inicialmente, el confinamiento me provocó un sensación un tanto onírica. La situación superó a muchos argumentos distópicos y creo que nadie podría haber imaginado que en nuestra vida viviríamos una situación así. Por supuesto, tuve momentos de desánimo y busqué formas de evasión, entre ellas estuvo documentar lo que veía por la ventana del despacho que tengo en casa. Llevaba muchos años viniendo únicamente a dormir y con el confinamiento descubrí lo agradable que es trabajar con buenas vistas, la actividad que tenía el puerto de mi ciudad o que alguna gente que solo conocía superficialmente era realmente interesante. En cuanto al mundo de la cerveza, solo participé presentando uno de los premios de la gala virtual del Barcelona Beer Challenge y haciendo las compras de rigor, pero era lo normal, nunca me he prodigado demasiado en el mundillo cervecero online.
BeersAndTrips: Eres un gran amante del coleccionismo de juguetes antiguos y vinilos. Cuéntanos algo más sobre esta pasión.
Alberto Benavides: Efectivamente colecciono juguetes. Los libros, los discos y sobre todo cómics los compro como una forma de consumismo cultural. Respecto al coleccionismo, tengo un amigo que dice que todos tenemos algún grado de locura o trastorno de la personalidad y que cada uno lo manifiesta de una forma diferente. Creo que en mi caso aparece en un interés por un número excesivo de temas, en un gusto por los objetos con un diseño peculiar y en la acumulación. Y digo acumulación porque no me considero coleccionista. El coleccionista busca completar algo, tener una serie cerrada de objetos o persigue un objetivo. En mi caso acumulo cosas que me resultan atractivas, disfruto encontrándolas, puedo pagarlas sin que representen un quebranto en mi economía y no sufro por no poder acceder a alguna que me gustaría tener. Mauro Entrialgo nos define muy bien a los acumuladores, él dice que con esos objetos capturamos momentos y hasta cierto punto estoy de acuerdo. Puedo recordar el momento en el que conseguí muchos de ellos y cada vez que los veo me trasladan a ese lugar, a lo que estaba haciendo allí y con quien estaba.
BeersAndTrips: ¿Cómo fue tú vinculo con el mundo de la cerveza, y el posterior salto a fundar Bar&Beer?
Alberto Benavides: Fue casual y estuvo motivado por el interés en lo que me rodea. En el verano de 1993, preparando la Selectividad, vi en casa de un amigo una botella de Judas y me atrajo su diseño tan cercano a las bandas de metal que escuchábamos. Meses después, entré en una cervecería “de importación” y quedé fascinado por la estética de este mundo. Probaba todo lo que podía, guardaba latas, botellas, copas… Coincidió con un momento en el que estaba preparando un nuevo fanzine. Los más jóvenes seguramente no sepan ni qué es un fanzine, pero la autoedición fue una de las formas de expresión popular más importantes de la segunda mitad del siglo XX y yo siempre he estado en ese mundillo. En ese nuevo proyecto, llamado “More Beer!” decidí unir todos los temas que me atraían: la música (el nombre está tomado de una adhesivo que llevaba James Hetfield de Metallica en su guitarra), la cultura popular, los cómics y la cerveza. La cerveza fue ganando importancia en los contenidos, especialmente a raíz de hacerme con el libro de Michael Jackson. Decir que su lectura me cambió la vida no es una exageración. A través de Jackson conocí CAMRA, me hice socio, y cuando me llegó su periódico “What’s Brewing” pensé que quizás sería posible hacer algo así en España. El primer número de Bar&Beer salió en mayo de 1999 y un mes después entré a trabajar en una empresa dedicada a la importación de cerveza. Ya son más de veinticinco años…
BeersAndTrips: Vivimos tiempos de lectura en diagonal, en los que la atención lectora se «centra» (es un eufemismo) más en los encabezados H1, H2 del texto de una web, que en el trasfondo del contenido. Lo sabemos quienes somos de la vieja guardia de 3.000-5.000 palabras por artículo, y con un trabajo de investigación importante detrás. ¿Cómo crees que se puede combatir a esos tiempos de visualización y a los contenidos escritos más «porque toca escribir y publicar» que porque de verdad aporten algo?
Alberto Benavides: Ese combate carece de sentido porque está perdido. Creo que siempre existirán el tipo de textos trabajados que comentas, pero sus destinatarios ya nunca serán una mayoría. Hay modelos que están muriendo porque la forma en la que consumimos información ha cambiado drásticamente en la última década y los que queremos seguir en el mundo de la edición tenemos que buscar una fórmula que combine la lectura en diagonal con los contenidos trabajados y bien redactados. Personalmente, la situación actual no me es extraña porque una gran parte de mi consumo cultural siempre ha sido así: pequeñas tiradas, ediciones independientes, reconocimiento del que firma el trabajo y compromiso con el que comercializa el producto. Lo que sí debería tener claro el consumidor es que algo trabajado nunca puede ser gratis, ese es el gran reto al que nos enfrentamos.
BeersAndTrips: ¿Qué repercusión o impacto crees que está provocando la pandemia en el futuro para las microbreweries? Y para tú proyecto de Bar&Beer, ¿muchos planes frustrados o aplazados?
Alberto Benavides: Muchas de las pequeñas cervecerías suplen todas sus carencias y dificultades con una dosis de ilusión que, dicho con todo el cariño, roza lo irracional. Si careciesen de esa ilusión, o pasión, nunca se habrían metido en un sector que es extremadamente duro. Eso es lo que me hace pensar que una gran parte sobrevivirán. Por supuesto que lo están pasando mal y tendrán que replantearse muchas cosas.
Como dices, el coronavirus ha frustrado algunos planes que tenía para Bar&Beer, pero también ha servido para tomar decisiones que llevábamos posponiendo por la inercia en la que vivíamos. Al igual que las cerveceras, los bares o los distribuidores, convivimos con la incertidumbre de no saber cómo será el mundo post-COVID.
BeersAndTrips: Los bares han vuelto a recobrar algo de vida, pero crees que se volverán a llenar? O las consecuencias del miedo van a durar tanto para sector turístico como el cervecero.
Alberto Benavides: Así como no tenía ninguna duda de que el coronavirus no nos iba a hacer mejores, siempre pensé que tras el desconfinamiento recuperaríamos inmediatamente el hábito de frecuentar los bares, quizás porque fue una de las cosas que más añoré. En este momento no lo tengo tan claro. Creo que el consumidor ha descubierto nuevas opciones en el hogar y a partir de ahora será más selectivo a la hora de elegir en qué gasta su dinero. También veo que para los jóvenes socializar en el bar ya no es una prioridad y con eso casi está todo dicho. Por otra parte, pienso que sigue habiendo espacio para la hostelería de calidad. Lo que no tiene sentido es el comportamiento de las autoridades europeas con el sector. Los cierres y las restricciones de horario me parecen irracionales, injustas y casi demonizadoras. Analizando asépticamente el tema, en pocos sectores se ha visto tanto esfuerzo por cumplir las medidas de protección contra el coronavirus. Eso me frustra y me enfada muchísimo.
BeersAndTrips: ¿Qué opinas de que las grandes compañías de cerveza industrial estén apostando por imitar el modelo craft sacando al mercado algunas cervezas que intentan subirse al carro de lo artesano?
Alberto Benavides: Sinceramente, es un tema que me aburre bastante. Más bien, creo que es un tema del que habla la misma gente en bucle y cuando sale a la palestra, algunos optamos por pedir otra pinta y meter la nariz en el vaso. Pero ya que lo preguntas te resumo lo que pienso. Por un lado, me parece que los que más se quejan de estas supuestas tretas son los menos indicados para hacerlo y algunos de ellos se han revelado como los personajes más incoherentes del sector. Por otra parte, no entiendo que las grandes cerveceras utilicen términos que no tienen nada que ver con su modelo de negocio. También me sorprende ver los esfuerzos que dedican a intentar llegar a un nicho tan minúsculo que, sin exagerar, diría que no entienden y en el que nunca van a ser bien recibidos. Otro tema es la creación de productos. Me parece interesante que grandes y pequeños experimenten y hagan este mundo más entretenido. Debo decir que algunos de esos productos de las grandes compañías que comentas no gozan del reconocimiento que tendrían si en su etiqueta apareciese otro nombre.
BeersAndTrips: Hay opiniones muy variadas sobre este tema de aproximación a estilos novedosos para el público (hablar de nuevos es como decir que se ha reinventado la rueda). ¿Crees que son dos universos paralelos, complementarios, necesarios, con pocas leyes escritas para diferenciarse?
Alberto Benavides: El hecho de descubrir un aroma, un sabor o una sensación nueva es lo más interesante a la hora de probar nuevas cervezas. En cuanto a estilos novedosos, pienso que forma parte de esa exagerada carrera por presentar algo nuevo cada semana o cada temporada. Es una locura absoluta porque la creatividad es limitada y la genios no surgen cada día. Viene a ser el equivalente de lo que comentabas respecto a los contenidos que se hacen «porque toca escribir y publicar».
BeersAndTrips: En una de tus editoriales, parafraseando a Anthony Bourdain, venías a expresas que «es solo cerveza». Pero, ¿lo es?, ¿solo es cerveza, o al final podemos tirar de un hilo en el que durante décadas ha imperado un estilo de cervezas industriales (al menos en España) muy planas, clónicas, y cuyos propietarios (muchas veces solo apegados a la cerveza porque es rentable, al igual que pueden ser tornillos) no tenían intención de dejar salir a la oveja del rebaño.
Alberto Benavides: Mi editorial no se entendió bien y alguna gente se sintió señalada cuando esa no era mi intención. La escribí tras una charla con Ken Grossman de Sierra Nevada en la que con modestia, y aún reconociendo su importancia, comentaba que en la vida hay cosas mucho más importantes que la cerveza y los cerveceros. Los que dedicamos una buena parte de nuestro tiempo a este mundo terminamos viéndonos demasiado el ombligo y le damos importancia a cosas que no la tienen. Concretamente, ese día escuché una conversación de un grupo de, llamémosles connoisseurs, en la que ridiculizaban a otra gente de la barra porque no sabían que el lúpulo de la cerveza que bebían estaba muy oxidado. En otros tiempos, lo que se habría hecho sería decirle al barman que la cerveza no estaba buena y que debía retirar el barril. Estamos convirtiendo el mundo de la cerveza en un gueto, eso es a lo que me refería con “Es solo cerveza”.
Respecto a lo que comentas sobre la preponderancia de las cervezas carentes de cualquier carácter, no es un fenómeno exclusivo del mercado español, fíjate que uno de los motivos de la aparición de asociaciones como CAMRA fue precisamente esa situación. Ha sido una tendencia global y analizándolo históricamente, ni siquiera creo que se deba a una estrategia planificada para crear un rebaño de consumidores. Más bien me parece una combinación de factores, como una posición acomodada fruto de resultados exitosos, cambios en los gustos de la población y una visión industrial del negocio de la cerveza. Esta última es una posición perfectamente respetable por mucho que atente contra el romanticismo que rodea al craft. Te pongo un ejemplo, hace unos años fui hasta Birra del Borgo cuando acababa de entrar en ella AB InBev y le pregunté a Leonardo Di Vincenzo cómo gestionaba esa situación que a mi juicio no era positiva. Leonardo me llevó por el pueblo, y casa por casa me dijo que en su decisión había pesado más garantizar el trabajo de sus vecinos que el romanticismo de ser independiente. Entiende que el ejemplo es algo exagerado pero, a veces, todo el ruido que rodea a este mundo nos hace perder la perspectiva.
BeersAndTrips: Muchas gracias por tu tiempo Alberto, ha sido un placer.