El reciente informe del “Estado de la Cerveza Artesana en Cataluña” elaborado por Beer Events y GECAN (el Gremi d’Elaboradors de Cervesa Artesana i Natural), y apadrinado el BBF (Barcelona Beer Festival) ha sido presentado recientemente en Barcelona.
Su análisis nos permite hacer una serie de valoraciones muy interesantes sobre lo que ha deparado el 2018. Por encima de todo, el sentimiento de ir de la mano en el mundo de la cerveza artesana se palpa con estudios como este, en el que el 93% de las fábricas de birra catalanas han participado en la encuesta para dar credibilidad a los datos mostrados.
EL CRAFTBEER SIGUE CRECIENDO
La mejor noticia es que el sector no solo se estabiliza, si no que crece. Y eso tiene un plus más en un ámbito de dura competencia y donde vemos que las grandes marcas de cerveza industrial se hacen cada vez más eco de la demanda de cervezas diferentes y mejor hechas. Muchos cerveceros nos confirmaban – sin ningún ápice de ironía- que la aproximación de «las industriales» a los estilos más bebidos en el panorama craftbeer (como la IPA por ejemplo) es una buena noticia. El gran altavoz del que disponen los monstruos productores, servirá para poco a poco ir haciendo pedagogía cervecera, y motivando salir de la zona de confort lager en la que mucho bebedor estaba. Al final se puede resumir que cuanto más exigente sea el cliente, y esté más dispuesto a comparar, más se apreciarán los esfuerzos por hacer buena cerveza.
UN PANORAMA ESPERANZADOR
Barcelona sigue liderando la concentración de fábricas, sobre todo si contamos a la ciudad condal y el área metropolitana anexa (57). Pero se constata un equilibrio entre las tres provincias de Girona, Tarragona y Lleida, que con sus 19,18 y 15 fábricas respectivamente, alcanzan las 52. Por otro lado, un 20% del total de fábricas de Cataluña están en un entorno rural y un 55% en ciudades con menos de 20 mil habitantes, mostrando la viabilidad de proyectos cerveceros fuera del tejido urbano. La profesionalización del sector está conllevando profesionales más cualificados, formados y ávidos por aprender. Y eso es algo que el consumidor lo nota.
El crecimiento de la producción con respecto a 2017 ha pegado un salto cuantitativo del 20%, asomándose a los 5 millones de litros (4.772.596 ), doblando los datos de 2015. Así mismo la media de producción ha pasado de los 50 mil litros (51.300 en concreto), frente a los 46 mil de 2017 y a los 40 mil litros de 2016. Solo siete fábricas han superado los 200.000 mil litros, suponiendo el 42%de la producción total. Pero sin embargo el hecho de que muchas fábricas pequeñas, con menos de 12 mil litros producidos siguen al pie del cañón, expresa que por calidad su producto está siendo bien aceptado.
Un punto que invita a la reflexión es que las gráficas del estudio siguen mostrando como desde 2015 el número de nuevas fábricas sigue bajando año a año. La lectura es que si bien el consumo sube, la competencia a la hora de colocar la cerveza artesana está en parte desanimando a invertir la tendencia.
Por tamaño, las denominadas Nanocerveceras (menos de 24 mil litros) suman el 53% del total de fábricas, frente a las Microcerveceras (entre 24 y 100 mil litros) que engloban al 34%, y a las Pequeñas Cerveceras (por encima de los 100 mil litros) que son el 13% del total.
Quizá los números que permiten poner en relieve la importancia del consumo de cerveza artesana en Cataluña son los 43 millones de euros que supuso como valor de negocio en 2018. El 1,8 de las cervezas consumidas en Cataluña ya es artesana, siguiendo la escala del 1% en 2016 y el 1,3% en 2017 .
Otro dato que invita a los cálculos son las 1058 diferentes cervezas artesanas fabricadas en 2018, lo que implica que casi tendríamos que beber 3 al día para probarlas todas en un año. Todo un reto no?
La venta y consumo local (en un radio de 30 km del lugar de producción) ya está en el 50%, lo que reafirma el lema DRINK LOCAL de la cerveza artesana. Eso si, sin renunciar a la exportación, clave para que Cataluña y España estén bien referenciadas como un polo de calidad. De hecho casi de la mano va el dato de que solo 18 de las 93 emplean lúpulos de proximidad y 11 maltas de la zona, quizá uno de los grandes retos para hacer más sostenible y kilómetro cero la cerveza artesana en Cataluña.
Para terminar un dato curioso, directo a uno de los debates que genera más espuma en el interior del mundo craftbeer. La mayoría de las fábricas encuestadas afirman que su futuro no pasa por vender en grandes superficies, uno de los ejes de la polémica de antiguas microcervecerías que han dado un salto de producción cuando les han inyectado capital. Responderán todos con el corazón? Las tentaciones son grandes, pero hasta que no tocan a la puerta, con inversiones y promesas de expansión, es difícil saber si todos mantendrían sus convicciones. Solo el tiempo lo dirá. Mientras tanto a disfrutar de estos ilusionantes datos para la cerveza artesana en Cataluña. Salud!!