Si bien es cierto que el posavasos es a día de hoy un objeto común en bares y cervecerías, no siempre fue tal y como lo conocemos. Incluso, su lugar no siempre estuvo debajo del vaso. Además, hasta el descubrimiento y la aplicación de la pasta de celulosa para su producción masiva, fueron muchos los materiales que se utilizaron para su fabricación, aunque no todos cumplieron con las expectativas como veremos.
Te invito a leer y descubrir de nuestra mano la evolución de este pequeño objeto que en países centro europeos de tradición cervecera, nunca falta bajo la jarra de cerveza. En España, aún siendo un objeto cotidiano, muchos hosteleros se resisten a su uso, muchas veces ligado a una falta de costumbre y otras por un tema de costes.
Orígenes e historia del posavasos
El origen de los posavasos tal como los conocemos a día de hoy, se remonta a mediados/finales del siglo XIX en Alemania. Sustituyeron a los platillos de cerámica o estaño que se venían usando hasta la época en bares y que, entre otras funciones, se apilaban en las mesas para poder contabilizar el número de cervezas que cada cliente había consumido. Aunque el concepto original del posavasos era diferente al que hoy en día conocemos: en lugar de ponerse debajo de la jarra se ponía encima, con la finalidad de proteger la cerveza de insectos, hojas y demás suciedad que pudiera haber en las terrazas de los bares. También era típico taparlas para demorar la oxidación de la misma.
Los primeros posavasos estaban hechos de fieltro, sin embargo no pasaría mucho tiempo hasta darse cuenta de que era un pésimo material para tal menester debido a su alta absorbencia, su escasa capacidad para el secado y su uso continuado, provocando en ellos malos olores y siendo el lugar perfecto para la proliferación de gérmenes y bacterias.
No fue hasta 1867 cuando dos avispados hermanos apellidados Henschel inventaron el primer posavasos de cartón en Luckewald (Alemania). Años después, en 1892, la empresa Faivre y Cie patentó un posavasos fabricado con un material mucho más absorbente: la esponja. La guerra por intentar encontrar el mejor material de tan popular complemento cervecero estaba servida y fue en ese mismo año cuando Robert Sputh patentó un posavasos fabricado con pasta de madera prensada. Este material supuso una gran revolución en comparación a todos sus competidores ya que tenía la propiedad de ser impreso. Aunque el primer posavasos impreso fue de cartón y consta de 1880, obra de la empresa alemana llamada Friedrich Horn, no fue hasta el 1900 cuando se tiene constancia del primer posavasos impreso en pasta de madera prensada.
En las primeras dos décadas del siglo XX, era habitual la impresión de posavasos únicamente a un color y con el nombre de la imprenta como único elemento. No fue hasta aproximadamente el año 1920 cuando la ya extinta cervecera londinense Watney, Combe and Reid vio una oportunidad única en promocionar sus cervezas a través de estas pequeñas piezas, elaborando un diseño a partir de las etiquetas de dos de sus cervezas embotelladas: Pale Ale de Watney y Stout de Reid. Rápidamente, otras cerveceras inglesas de la época como Tennants, Mitchells & Butlers y Worthington tomaron buena nota y siguieron los pasos de su competidor. En Estados Unidos, comenzaron a utilizarse también a principios del siglo XX, aunque con la llegada de la ley seca (1920-1933) perdieron popularidad y no volvieron a despegar hasta la década de los 70.
Pero sin duda, una de las mayores revoluciones dentro del sector llegó en la década de los 60 de la mano de la conocida Fourdrinier, una máquina capaz de producir rollos de pasta de madera prensada, que junto a la popularización del sistema de impresión offset en la década de los 70, produjo un crecimiento exponencial en la fabricación y distribución de posavasos en todo el mundo. En gran parte debido a su poder publicitario, ya que era un elemento muy demandado en bares y cervecerías para tal fin.
El posavasos en la actualidad
Debido a la globalización mundial sufrida en las últimas décadas, el sector cervecero ha experimentado grandes cambios dando pie a la aparición de gigantescas corporaciones y holdings financieros. En el caso de los posavasos, podemos decir que a día de hoy son tres las empresas que manejan el 75% de la producción mundial de posavasos: Coaster Factory y Canada Coaster, con sede en Norteamérica y The Katz Group, con sede en Weisenbach, Alemania. Juntas abarcan aproximadamente el 97% del mercado en EEUU y Canadá y el 66% del mercado europeo. Se estima que al año se producen unos 5.500 millones de posavasos.
Cabe destacar en estos últimos 20 años la aparición de nuevas tecnologías de impresión como la impresión digital, que a día de hoy hacen una fuerte competencia al sistema de impresión tradicional del offset, sobre todo para aquellos pequeños negocios con un presupuesto más contenido y que de igual manera requieren de posavasos personalizados para hacer marketing y publicitar sus cervezas, bares, eventos o cervecerías. Este sistema de impresión permite imprimir diseños personalizados a precio barato y en pequeñas cantidades, por lo que con una pequeña inversión (en comparación al offset) podemos disponer de posavasos personalizados para nuestro negocio. Si deseas información sobre cómo diseñar e imprimir posavasos escríbenos y te pondremos en contacto con alguno de nuestros proveedores.
Junto a la revolución en los sistemas de impresión también vinieron las innovaciones en los soportes de impresión, apareciendo nuevos materiales con mejores propiedades absorbentes, blancura, texturas y gramajes, incluso alternativas más ecológicas como el papel de piedra. También soportes rígidos como el vidrio, el corcho y la madera son materiales perfectamente imprimibles a día de hoy.
Tegestología, coleccionistas de posavasos
La afición por coleccionar posavasos es un hobby muy extendido en todo el mundo, hasta el punto de que al arte de recopilarlos se le conoce como Tegestología. Coleccionistas de todos los lugares se afanan por conseguir posavasos de principios del siglo XX, de cervezas de edición limitada o con suerte, de alguna fábrica de cerveza ya extinta. Cada año tegestólogos de todo el mundo se dan cita en rastros, mercados, eventos o plataformas digitales para intercambiar sus más preciadas posesiones y conseguir alguna que otra reliquia. Aunque no solo los posavasos más antiguos son objeto de deseo, hoy día gracias a la popularización de este pequeño mantel sumado al interés de empresas del sector cervecero por comunicar a través de ellos, ha dado pie a que se invierta en profesionales creativos para elaborar muchas veces auténticas joyas del diseño.
One comment
Neus
26 septiembre, 2018 at 1:56 am
Muy interesante!